Un reciente incidente en un club exclusivo MAGA ha puesto en alerta a la economía mundial. Dos altos funcionarios del equipo financiero del presidente Donald Trump, Scott Bessent y Bill Pulte, estuvieron a punto de llegar a las manos. Este altercado se produce en un contexto de creciente preocupación por la economía, que enfrenta una posible caída del empleo y una desaceleración más profunda.

La disputa se originó cuando Bessent, secretario del Tesoro, sintió que Pulte había hablado mal de él ante Trump. Fuentes cercanas al evento informaron que Bessent amenazó con "llevar el asunto afuera". La Casa Blanca no ha comentado sobre el incidente, y CNN ha intentado contactar a los involucrados.

Este enfrentamiento revela tensiones significativas dentro del equipo de Trump, que ha sido descrito como un "nido de víboras". A diferencia de su primer mandato, donde las luchas internas eran más evidentes, el actual gobierno ha eliminado a quienes se consideraban "adultos en la sala". Sin embargo, la pugna entre Bessent y Pulte indica que los meses recientes de Trump en el poder han generado un ambiente tenso.

Históricamente, los presidentes se preocupan por la cohesión de su equipo. Por ejemplo, Barack Obama promovía un entorno de competencia saludable. En contraste, Trump podría ver la fricción como una oportunidad para manipular a sus asesores. Sin embargo, la lealtad a Trump es crucial en su administración. Bessent, al sentirse traicionado, podría poner en riesgo la estabilidad del mercado si su relación con el presidente se deteriora.

La situación se complica aún más por el enfoque económico de Trump, que ha sido calificado como arriesgado. Sus políticas arancelarias han afectado el comercio global y la economía estadounidense. Además, Trump busca debilitar la independencia de la Reserva Federal, lo que podría tener repercusiones significativas en la economía.

Recientemente, un informe de empleo reveló que solo se crearon 22,000 puestos de trabajo, lo que indica que la economía está sufriendo. Los sectores de bienes de consumo están enfrentando aumentos de precios debido a los aranceles, lo que ha llevado a una desaceleración en la contratación. Las tasas de empleo entre afroamericanos y jóvenes están empeorando rápidamente, pero los funcionarios de Trump evitan discutir estos problemas públicamente para no enfurecer al presidente.

En medio de estas tensiones, Bessent ha hecho declaraciones controvertidas sobre los aranceles, desafiando la opinión de muchos economistas. Su negativa a aceptar que los aranceles son un impuesto al consumidor podría tener consecuencias en su relación con Trump y en la percepción pública de la administración. Mientras tanto, los votantes están cada vez más preocupados por la economía y esperan acciones concretas del presidente para abordar sus inquietudes.