Por Aline Cohen Helle Psicóloga Dirección de Asuntos Estudiantiles Instituciones Santo Tomás Arica
Cada 10 de septiembre, al conmemorarse el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, volvemos a encontrarnos con una pregunta que duele y desafía: ¿cómo cuidamos la vida en tiempos donde tantas personas sienten que han perdido la esperanza? Hablar de suicidio no lo provoca; al contrario, puede abrir caminos de alivio y esperanza. La prevención no es solo una tarea de especialistas en salud mental, sino también un compromiso colectivo que involucra a familias, instituciones educativas, espacios de trabajo y comunidades enteras.
Cada gesto de escucha atenta, sin juzgar, ni minimizar el sufrimiento, puede ser un acto profundo de cuidado y cada muestra de compañía puede convertirse en un fact