El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha abierto la posibilidad de reanudar la fumigación aérea de cultivos ilícitos, una medida que había criticado en el pasado. Esta decisión surge en un contexto de creciente violencia contra las Fuerzas Militares, que han enfrentado ataques por parte de la población civil, supuestamente manipulada por grupos narcotraficantes.
Petro anunció que implementará la fumigación en áreas donde la ciudadanía ataque a las fuerzas del orden. En su cuenta de X, el mandatario afirmó: “Dada la táctica mafiosa de oponer personal civil al Ejército, la Corte Constitucional debe reconsiderar su sentencia. Allí donde la ciudadanía ataque al ejército habrá fumigación aérea”. Sin embargo, esta propuesta se enfrenta a la prohibición de la fumigación aérea en Colombia, lo que la convierte en una medida potencialmente inconstitucional.
La fumigación aérea ha sido considerada un método efectivo para erradicar cultivos de coca, aunque sus detractores argumentan que solo desplaza el problema a otras regiones. Además, los productos químicos utilizados pueden tener efectos nocivos para la salud de las personas y los animales en las áreas afectadas. Según el Departamento de Estado de EE.UU., los cultivos ilícitos en Colombia aumentaron un 10% entre 2022 y 2023, alcanzando 253 mil hectáreas.
El representante Juan Carlos Losada criticó la nueva estrategia antidrogas de Petro, afirmando que “quedó en nada” y acusándolo de querer llevar a la ciudadanía de regreso a situaciones vividas en administraciones anteriores. Por su parte, el senador Ariel Ávila advirtió que “la alternativa no puede ser envenenar a campesinos”, refiriéndose a los riesgos asociados con el uso de glifosato, un herbicida vinculado a problemas de salud como el cáncer.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, respaldó la propuesta de Petro, argumentando que ahora existen tecnologías más avanzadas que podrían minimizar el impacto ambiental y mejorar la precisión de las fumigaciones. El Gobierno está considerando el uso de drones en lugar de avionetas, como se hacía anteriormente.
La aspersión aérea fue prohibida en 2015 durante la presidencia de Juan Manuel Santos. Aunque el expresidente Iván Duque intentó reactivar esta práctica, no logró avanzar en su legalización. Duque ha señalado que la eliminación de la aspersión aérea fue un error que contribuyó al aumento de los cultivos ilícitos, y ha instado a un consenso institucional para reintroducirla con nuevas tecnologías.