Por encima de todas las cosas, Sébastien Lecornu es un leal a Emmanuel Macron. Alguien que no hará sombra al presidente francés. Un bon petit soldat [un buen soldado] –como coincide parte de la prensa del país vecino– cuya cercanía al jefe de Estado parece haber tenido ahora recompensa. 

El nombre de Lecornu sonó con frecuencia el año pasado en las quinielas para el palacio de Matignon. Esta vez, ha logrado colocarse como favorito. El martes, apenas 24 horas después del desmoronamiento del Gobierno de François Bayrou tras el estrepitoso fracaso en una cuestión de confianza, El Elíseo anunció por sorpresa su nombramiento como primer ministro .

Su puesta de largo como jefe del Gobierno se celebra este miércoles en medio de una jornada de protestas por todo el país que, bajo la consigna “bloqueemos todo”, tiene su origen en las medidas presupuestarias de austeridad que quería aplicar su predecesor. 

A sus 39 años, es uno de los primeros ministros más jóvenes de la Quinta República francesa. También es el quinto jefe de Gobierno en dos años. Hasta ahora era ministro de Defensa, cargo que ha ocupado durante la invasión rusa de Ucrania. Pero Lecornu ha formado parte de todos los gobiernos desde que Macron fue elegido por primera vez en 2017 y ha sobrevivido a las múltiples remodelaciones del Gobierno desde entonces, según los medios franceses, que destacan también su papel en la coordinación de la respuesta del presidente para desactivar las protestas de los chalecos amarillos y como ministro de Ultramar durante el referéndum de autodeterminación de Nueva Caledonia. 

Procedente de las filas de la derecha

Lecornu se lanzó muy joven a la política, batiendo récords de precocidad en varios cargos antes de consolidarse como cercano a Macron. En su meteórico ascenso, fue asistente parlamentario, asesor ministerial, presidente del consejo departamental de Eure –en la región de Normandía–, alcalde y senador. Es una figura conocida entre los políticos locales. 

El nuevo primer ministro procede de la derecha francesa. Antiguo miembro de Los Republicanos (LR), fue expulsado junto a su amigo también macronista Gérald Darmanin de este partido en 2017 –entre algunas figuras de este espectro ha mantenido una imagen de traidor–. Entonces, se pasó a las filas de La République en marche, la formación de Macron. Algunas voces lo consideran más escorado a la derecha que Bayrou y los medios franceses han revelado encuentros secretos en el pasado con la ultraderechista Marine Le Pen.

Un político discreto

Hasta ahora ha tenido una presencia mediática discreta y era prácticamente desconocido para la ciudadanía francesa. Además de destacar que es un colaborador fiel del jefe de Estado –una fuente lo define en declaraciones a Politico como “un tipo con el que se toma whisky a las 3 de la madrugada”–, los analistas hacen hincapié en que es un político hábil, que sabe moverse entre bastidores, pero también en su falta de carisma. 

“Lecornu es relativamente reservado. No es una persona que se exponga, evita los medios de comunicación, lo cual es bueno cuando se está al frente del Ministerio de Defensa. Pero ahora tiene que tomar la iniciativa y desarrollar carisma, especialmente en este momento de gran desorden”, dice a elDiario.es Olivier Rouquan, polítologo e investigador asociado del Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Administrativas y Política (CERSA). 

“El problema es que se le verá como un clon de Macron, porque hasta hoy ha estado demasiado oculto. Además, practica la política como los mayores, sin utilizar nuevas redes, por ejemplo, para involucrar a los jóvenes. Le resultará difícil generar una nueva dinámica, mientras que el país necesita encontrarla”, añade. A su juicio, al final, “Lecornu tiene un perfil clásico, lo que resulta ineficaz para ampliar el apoyo del Parlamento, la opinión pública o los electores”. “Con esta elección, Macron se encuentra más que nunca en una postura defensiva”, concluye el politólogo.

Lecornu nació en 1986 en Eaubonne, una localidad al norte de París. Era el único hijo de una secretaria médica y de un técnico de la industria aeronáutica, según Le Monde . Uno de sus abuelos fue miembro de la resistencia contra la ocupación nazi y le apasiona el Ejército. Es reservista de la gendarmería y amante de la Historia.

Ahora, tiene la difícil tarea de aguantar más en el cargo que sus dos últimos predecesores, tumbados por la Asamblea Nacional, en un momento de tensión social y económica. La clave será si es capaz de aprobar presupuestos en un arco parlamentario fragmentado. El presidente le ha encargado tejer un gobierno que “defienda la independencia y el poder de Francia” con la meta de dar “la estabilidad política e institucional necesaria para la unidad del país”, pero su nombramiento ha sido recibido con una catarata de críticas. “Una nueva provocación de Macron”, zanjó este martes la líder ecologista Marine Tondelier. “Todo esto va a terminar mal”.