La carencia de infraestructura de prevención da pie a que conductores se arriesguen a ‘ganarle el paso’ a la locomotora 

El choque entre un tren de carga y un autobús de pasajeros en Atlacomulco, que dejó al menos diez personas muertas y más de cincuenta lesionadas, reavivó el reclamo sobre la precariedad de los cruces ferroviarios, donde la señalización es mínima y, en la mayoría de los casos, la vida de peatones y automovilistas depende únicamente del silbato de la locomotora para calcular si cruzan o esperan.

El tren involucrado pertenece a Kansas City Southern de México, hoy CPKC, empresa que forma parte del primer sistema ferroviario que conecta Canadá, Estados Unidos y México. 

El corredor transporta carga desde el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, hacia el centro del país

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