La presión internacional sobre Israel se intensifica, aunque de manera descoordinada. Este lunes, España se unió a un grupo selecto de países que han adoptado medidas unilaterales contra Tel Aviv debido a la situación en Gaza. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un total de nueve medidas que incluyen un embargo de armas a Israel, prohibiendo de forma legal y permanente la compra y venta de armamento.
Además, se restringirá el tránsito por puertos españoles de barcos que transporten combustible hacia Israel y se negará el uso del espacio aéreo español a aviones que transporten material bélico. También se propone prohibir la entrada a España de personas vinculadas a la guerra en Gaza, incluidos criminales de guerra, y se impedirá el comercio de productos provenientes de los territorios ocupados en Gaza y Cisjordania.
Las medidas también incluyen la limitación de los servicios consulares en los territorios ocupados al mínimo permitido por el derecho internacional. En paralelo, el Gobierno español busca reforzar su apoyo a la Autoridad Palestina, aumentando la contribución a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNWRA) en 10 millones de euros adicionales y elevando la ayuda humanitaria hasta 150 millones de euros en 2026.
Este movimiento también actúa como presión sobre la Unión Europea, que aún no ha suspendido el acuerdo de Asociación con Israel. Otros países como Francia, Bélgica, Irlanda, Turquía, Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega han tomado medidas unilaterales similares, aunque muchas de ellas son consideradas simbólicas.
En el ámbito comercial, Turquía ha detenido completamente sus exportaciones e importaciones con Israel desde 2024, mientras que varios países han dejado de emitir nuevas licencias para exportar armas a Israel. El caso de Bélgica es notable, ya que su Gobierno planea reconocer al Estado palestino en la Asamblea General de la ONU, condicionado a la liberación de rehenes israelíes por parte de Hamás.
Por otro lado, varios países anglosajones han impuesto sanciones personales contra funcionarios israelíes, incluyendo prohibiciones de entrada y congelamiento de activos. La Unión Europea ha propuesto suspender parcialmente el acceso de Israel al programa de investigación Horizon Europe, aunque la falta de consenso entre sus Estados miembros ha limitado acciones más contundentes.
Las sanciones impuestas por países como Francia y Reino Unido no tienen un impacto directo en la economía israelí. Emmanuel Macron ha expresado la necesidad de endurecer la posición, pero aún no ha reconocido al Estado palestino. La situación en Alemania es clave, ya que su Gobierno está considerando prohibir el tránsito de barcos con armamento hacia Israel si no hay un cambio en la postura de Netanyahu.
La UE sigue buscando consenso sobre sanciones más severas, con algunos Estados miembros, como Portugal, esperando una respuesta común. Hasta ahora, el bloque ha aprobado medidas más suaves, centradas en Cisjordania, sin lograr un acuerdo para suspender el acuerdo de asociación con Israel, a pesar de informes que indican violaciones de derechos humanos.