Olmedo López, exdirector de la Unidad para la Gestión del Riesgo (UNGRD), ha sido procesado y capturado en un escándalo de corrupción que involucra a altos funcionarios del gobierno. López ha declarado que el presidente Gustavo Petro, su antiguo compañero en el M-19, lo llamó "traidor de la izquierda". Esta afirmación, según López, ha puesto un precio a su cabeza.

El exdirector ha manifestado su intención de continuar colaborando con la Fiscalía, pero ha señalado que su seguridad se ha convertido en un problema. Esto le impide hacer declaraciones ante la Corte Suprema de Justicia. "En un hecho sin antecedentes en la historia reciente del país, mi nombre fue mencionado en una alocución presidencial, lo cual constituye una grave estigmatización pública", afirmó López.

Esta semana, estaban programadas diligencias de declaración de Olmedo López en la Corte Suprema, en relación con un proceso que involucra a congresistas de la comisión de Crédito Público, quienes están vinculados a este escándalo de corrupción. Se les acusa de exigir millonarios contratos con fondos de la entidad.

López ha advertido a las autoridades sobre su situación de seguridad. Asegura que se encuentra en buen estado de salud y que no tiene intenciones de atentar contra su vida. "Es importante dejar constancia ante esta Honorable Corte que, a la fecha, me encuentro en buen estado de salud", explicó.

El exfuncionario también ha mencionado que logró firmar un principio de oportunidad y un preacuerdo con la Fiscalía, aunque este último aún está pendiente de aprobación. Sin embargo, ha decidido abstenerse de hacer declaraciones hasta que se garanticen las condiciones de seguridad para él y su familia. "Al no tener seguridad jurídica en mi caso, me abstendré de rendir declaración o pronunciamiento alguno", concluyó.

López recordó que en el contexto del M-19, ser calificado como traidor podía tener consecuencias fatales. Tanto él como el presidente Petro son conscientes de la gravedad de tales acusaciones.