
El mensaje institucional que Salvador Illa ha dirigido a los catalanes con motivo de la Diada ha sido de preocupación. El president de la Generalitat ha hablado de “mundo incierto”, con “alarmantes síntomas de deshumanización” e “intolerancia”. En este marco, ha querido dedicar parte de su discurso a condenar el “genocidio que sufre el pueblo palestino a manos del gobierno de Israel”.
No es la primera vez que Illa usa la palabra “genocidio”, pero nunca antes se había mostrado tan contundente. Siguiendo la línea marcada este lunes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha insistido en que Catalunya no quiere ni puede callar. También ha puesto sobre la mesa el deber de Europa de “desplegar políticas más decididas, a la altura de los valores fundacionales y de acuerdo con la potencia demográfica de la Unión Europea”.
El president ha asegurado que en este nuevo tablero geopolítico, es necesario fortalecer y proteger Catalunya. Lo primero que hay que salvaguardar, según Illa, es la convivencia. En este punto de su discurso, ha hecho un guiño a la “normalidad institucional” que, en diversas ocasiones, ha asegurado que ha avanzado con su llegada a la presidencia después de años de Governs independentistas.
“La nación catalana se construye con bríos de futuro y con el consenso renovado de toda la ciudadanía. Porque la inmensa mayoría de nosotros queremos mirar hacia adelante. Queremos una Catalunya de todos y para todos, dentro del marco legal e institucional que nos hemos otorgado”, ha apuntado.
Ahora bien, Illa también ha querido dejar claro que esta nueva etapa debe contar con la “participación plena de todos los actores políticos escogidos por los catalanes y catalanas”, en una referencia clara a Carles Puigdemont, que sigue en Bélgica a la espera de que se haga efectiva su amnistía. De hecho, el mismo Illa, después de encontrarse con él por primera vez , afirmó que la plena normalidad no llegaría hasta que el líder de Junts “pueda ejercer plenamente sus derechos”.
Una Catalunya con más competencias
Illa ha apostado en su discurso por fortalecer el autogobierno y seguir desplegando plenamente las competencias de la Generalitat. El president también se ha referido a la financiación singular, reclamando “los recursos que pertocan”, pero dejando claro que son para mejorar la vida de los catalanes y para “contribuir a la prosperidad compartida con el resto de España”.
El president tampoco ha querido dejar de lado la lengua catalana y ha deseado que “siga siendo la lengua inclusiva, propia y transversal del país”. Lo ha dicho pocas horas después de conocerse la sentencia del Tribunal Supremo que ha anulado parcialmente el decreto de la inmersión lingüística en las escuelas. “El reto es grande, pero lo conseguiremos”, ha zanjado.
Para ello, asegura, es imprescindible que “Catalunya se haga escuchar”. Eso sólo se puede lograr con “la máxima unidad de todas las fuerzas catalanas”, ha apuntado el president, que sigue pendiente de los votos necesarios para aprobar los presupuestos y evitar así encadenar la tercera prórroga de las cuentas.
Con todo, dice, es el momento de “centrar Catalunya”. Para ello ha apelado a un territorio que busca “crear prosperidad, garantizar el acceso a la vivienda, en la seguridad y en el apoyo a las familias”. También ha querido mencionar a los investigadores, al tejido empresarial y al sector agroalimentario como ejes estratégicos de esta Catalunya centrada a la que ha dedicado su segundo mensaje institucional de la Diada como president de la Generalitat.