REGIÓN DE DONETSK, Ucrania (AP) — Conforme las tropas rusas se adentran en la región de Donetsk, el ambiente en los últimos bastiones de Ucrania está cargado de temor y el futuro para los civiles que permanecen se vuelve cada vez más incierto.

En Kostiantynivka, donde antes vivían 67.000 personas, no hay un suministro constante de electricidad, agua o gas. Los bombardeos se intensifican, los drones llenan los cielos y la ciudad se ha vuelto insoportable, expulsando a los últimos civiles que quedaban.

Kramatorsk, en contraste, aún muestra signos de vida. Apenas 25 kilómetros al norte, la población anterior a la guerra de 147.000 ha disminuido, pero los restaurantes y cafés permanecen abiertos. Las calles están mayormente intactas. Aunque la ciudad ha soportado múltiples ataques y ahora es

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