Han pasado 80 años desde que Japón firmara su rendición oficial el 2 de septiembre de 1945 , poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial. Pero en muchas islas del Pacífico, la guerra no ha terminado del todo. Permanece, silenciosa y peligrosa, en forma de barcos hundidos, municiones sin detonar y sustancias tóxicas ocultas bajo tierra y mar.

A lo largo de cuatro años de intensos combates entre Japón y las fuerzas aliadas, la región se convirtió en un campo de batalla que dejó miles de cicatrices. Más de 3.800 naufragios aún reposan en el fondo del océano Pacífico, muchos de ellos cargados con combustible, metales pesados y explosivos que, con el paso del tiempo, comienzan a filtrarse.

Lo que una vez fueron frentes de guerra, hoy son ecosistemas en riesgo. Arrecifes de coral, manglares y co

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