El expediente federal del caso de huachicol fiscal al interior de la Secretaría de Marina comenzó con la declaración de un hombre identificado como “El Santo”. No es un delincuente común ni un infiltrado externo. Es un funcionario naval que había ascendido en aduanas y decidió romper el silencio.

En 2020, El Santo —nombre clave asignado en la carpeta de investigación por la FGR— trabajaba en el Cuartel General del Alto Mando en la Ciudad de México. Dos años después, fue nombrado Subdirector de Vigilancia y Control en la Aduana de Tampico. En 2023, ascendió a titular de esa misma aduana, un cargo estratégico para el contrabando.

Durante esos años, descubrió cómo funcionaba una red de corrupción que facilitaba la entrada ilegal de hidrocarburos disfrazados como aditivos. Los buque-tanques

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