El martes Katmandú ardió —literalmente—. Manifestantes tomaron las calles de la capital nepalí pese al toque de queda, incendiaron el Parlamento, la Corte Suprema y hasta la residencia privada del primer ministro K.P. Sharma Oli. Horas después, el propio líder presentó su renuncia: las protestas juveniles, que ya han dejado al menos 25 muertos y cientos de heridos, se cobraban su primera víctima política.
¿Qué encendió la chispa de la mayor revuelta en Nepal en décadas?
El detonante inmediato fue la prohibición de 26 plataformas de redes sociales —Facebook, Instagram, WhatsApp, YouTube y X, entre otras— anunciada el 4 de septiembre bajo la “Directiva sobre Regulación de Uso de Redes Sociales, 2023”. El gobierno exigía a las empresas registrarse, obtener licencias y designar un representa