“Culpable no es el que comete el pecado, sino el que causa la oscuridad”
Victor Hugo
Ciudad de México.- Para empezar, no debe ser facultad del Estado meterse en las decisiones personales de los gobernados. Los "impuestos al pecado", como los que está aplicando el gobierno a bebidas embotelladas, videojuegos, apuestas o tabaco, son una intromisión indebida en la libertad individual. Además, no hay indicación de que estos impuestos promuevan realmente las conductas virtuosas que el gobierno pretende promover.
La facultar de cobrar impuestos procede de la necesidad de financiar los servicios del Estado. No hay justificación para cobrarlos a alguien porque no se comporta como el gobierno quiere.
"Ojalá no recaudemos nada por refrescos", dijo ayer la presidenta Sheinbaum, "porque lo que que