El escenario político de Chivilcoy volvió a dejar expuestas las tensiones dentro del radicalismo local, a partir de la estrategia del intendente Guillermo Britos y su espacio Somos Buenos Aires, que en julio había lanzado una invitación abierta a la UCR para armar una lista común de cara a las elecciones, que fue aceptada en forma parcial.

En aquella convocatoria, Britos había sido tajante: “La lapicera la tengo yo”, frase que marcó desde el inicio las condiciones de un eventual acuerdo. El mensaje fue claro: había espacio para los radicales, pero la conducción y el armado final de la nómina estarían bajo control del jefe comunal.

Ante ese escenario, el radicalismo quedó dividido. El sector mayoritario, encabezado por la contadora Lourdes Zaccardi, rechazó la propuesta y se mantuvo firme

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