El 12 de septiembre de 1940, Marcel Ravidat y tres amigos, Jacques Marsal, Georges Agnel y Simon Coencas , seguían a su perro por una madriguera en una colina de Montignac, en la región francesa de Dordoña. Tras agrandar el acceso, los jóvenes se internaron en una cueva que pronto revelaría un tesoro sin precedentes: cientos de pinturas paleolíticas, principalmente de animales, cubrían las paredes de forma sorprendentemente detallada . Lo que parecía una aventura infantil se transformó en uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XX.

Alertado por su profesor, el hallazgo fue examinado por el abate Henri Breuil , un reputado prehistoriador, quien accedió a la cueva apenas nueve días después del descubrimiento. En 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, la cue

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