En la noche del 9 de septiembre de 2025, la historia volvió a repetirse como un mal presagio. Una resolución del Ministerio del Trabajo obligó a cerrar —otra vez— las puertas de Andrés Carne de Res, esta vez la sede de la calle 82. La visita de los funcionarios descubrió riesgos eléctricos, deficiencias en la ventilación, químicos mal manejados y cocinas estrechas donde el calor se convertía en un enemigo silencioso. Era como si el corazón del emblemático restaurante latiera en un cuerpo cansado.
Un año antes, en agosto de 2024, su sede principal, la de Chía, había sido clausurada tras el accidente de la bailarina Laura Daniela Villamil, que terminó con quemaduras en el 80% de su cuerpo. Entonces se habló de un hecho aislado, de un infortunio que sería corregido con nuevas medidas de segu