Caminar es un acto cotidiano tan automático que rara vez pensamos en él. Sin embargo, cada paso que damos podría estar revelando pistas sobre cómo nos sentimos y, en algunos casos, sobre . Diferentes estudios en psicología y neurociencia han encontrado que la forma de caminar -su velocidad, postura y energía- no solo refleja la condición física, sino también el estado de ánimo y la personalidad.
A lo largo de la última década, la investigación científica ha mostrado que caminar más lento , sin una causa médica aparente, puede asociarse con síntomas de depresión, ansiedad e incluso con un mayor riesgo de deterioro cognitivo en la vejez. Al mismo tiempo, en otras circunstancias, una caminata tranquila puede reflejar introspección, calma y un estilo de vida más consciente.
Lo que revel