En junio, el parque francés de Clères celebraba la llegada de un cachorro de panda rojo , una especie considerada en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El nacimiento era especialmente significativo porque la población mundial de estos animales se estima en menos de 10.000 individuos, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Sin embargo, la alegría dio paso a la preocupación cuando los cuidadores detectaron que el pequeño mostraba un desarrollo más lento de lo normal y problemas en su estado general de salud . Tras varias pruebas veterinarias, se confirmó que padecía una ceguera irreversible, lo que imposibilitaba su supervivencia en la naturaleza.
Una decisión dura, pero necesaria
El 5 de septiembre, tras consultar con el coordin