Sentados frente a una pantalla gigante en un bar de Brasilia, gritan de alegría y aplauden: los asistentes izquierdistas no celebran un gol de la Seleçao de Brasil, sino la condena el jueves del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado.
En cambio, frente a la casa del exmandatario, donde este cumple prisión domiciliaria en la capital brasileña, la calle luce por ahora semi desierta. Unos partidarios colocan una pancarta “ Vuelve Bolsonaro, toquen la bocina” , preparando una vigilia para más tarde en señal de apoyo.
El expresidente brasileño, de 70 años, fue condenado este jueves por haber tratado de dar un golpe de Estado contra Lula luego de las elecciones de 2022. La corte suprema debe ahora fijar la pena de cárcel. La condena es “injusta”, aseg