Una de cada cuatro chicas de entre 17 y 21 años recurre a la IA para contarle sus cosas. En los chicos supone el 12 %. Esto delata que existe una enorme soledad, un desarraigo familiar o una extrema dificultad para encontrar un confidente amigo, o, por otra parte, que hay una desconfianza en los iguales para que aporten una respuesta adecuada y por eso se recurre a las máquinas, más anónimas y más íntimas. En cualquier caso, es una nueva forma de entender las relaciones humanas. Puede ocurrir que los automatismos generen una mayor seguridad y confianza por lo exacto y acertado de sus informaciones, pero en este caso se trata más de un refugio psicológico, un reducto donde la sinceridad de la confesión se pueda realizar sin mayores problemas. No sé si estos jóvenes sacarán mayor provecho en

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