La explosión de ayer en el puente “ La Concordia ” dejó desesperanza, angustia y miedo. Este jueves, afuera del Hospital Rubén Leñero la calle se convirtió en una sala de espera, donde las familias permanecen para recibir información sobre la salud de sus seres queridos.
Cada respirar está lleno de incertidumbre . Aguardan sentados en las banquetas, en el suelo, en bancos, con sus termos de café que se enfrían en las manos, botellas de agua medio vacías, las tortas que comparten algunas personas como gesto de solidaridad.
Hablan en voz baja, rezan, marcan números de teléfono una y otra vez. Cada tanto, alguien se quiebra, alguien más sostiene. La tragedia no terminó con las llamas, sigue aquí, en este lugar donde la esperanza se mezcla con el miedo. Adentro las víctimas del ac