En Etiopía, uno de los principales promotores africanos del transporte ecológico y primer país del mundo en prohibir la importación de vehículos de gasolina y diésel, más de 100.000 conductores han dado el salto a los autos eléctricos.

“Estaba cansada de hacer fila para echar gasolina”, explica Kemeriya Mehammed Abduraheman, una consultora de 36 años que se ahorra las largas filas en las gasolineras desde que recarga el vehículo eléctrico que compró hace cuatro meses en su casa en la capital, Adís Abeba.

Al igual que ella, muchos etíopes se decidieron por un auto impulsado por la energía eléctrica hace más de un año.

Etiopía, que se enfrenta a un déficit en su balanza comercial, lastrado en particular por su factura de hidrocarburos, tomó a principios de 2024 una decisión radical:

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