La mañana asomó suave, con una luz tenue filtrándose entre las cortinas. Era la primera después del viaje, y Wanda Nara compartió detalles íntimos de su llegada a Punta del Este , al abrir la puerta a ese mundo privado donde el tiempo parece ir más lento. El dormitorio principal sirve de escenario: el desorden de las sábanas beige marcaba el final de la noche y el inicio de una jornada sin apuros. Un celular sobre la mesa de luz, una lámpara blanca encendida y pequeños objetos dispersos retratan ese instante en que la rutina se confunde con el deseo de pausa .
En el centro de la imagen, la frase “Amo mi vida” se posa, casi como un lema. ¿Es un simple adorno o la clave con que la empresaria decide abrir y cerrar cada capítulo de su historia, en medio de tantos rumoros a su alrededo