La familia de Diego Fernández Lima, un joven de 16 años desaparecido en 1984, ha solicitado la búsqueda de más restos óseos en el jardín donde fue encontrado su cuerpo en mayo pasado. Este hallazgo se produjo en una casa del barrio porteño de Coghlan, en la avenida Congreso 3742. Los abogados de la familia, Hugo Wortman Jofre y Tomás Brady, han pedido que se utilice un georradar para inspeccionar el terreno, con la intervención de fuerzas de seguridad como Gendarmería Nacional.

La solicitud incluye la realización de entrevistas a vecinos y un informe socioambiental sobre la familia Graf, actual propietaria de la casa. También se requiere la obtención de planos catastrales de la zona y registros de actividades comerciales en la propiedad. Además, se busca identificar a la persona que realizó la llamada al 911 que alertó sobre el hallazgo de los restos, para que declare como testigo.

Este pedido se presenta en un momento crítico para la investigación, ya que la defensa de Cristian Graf, ex compañero de colegio de la víctima y actual dueño de la propiedad, ha solicitado su sobreseimiento por prescripción de la causa. A pesar de esto, la querella continúa insistiendo en que se agoten todas las vías investigativas disponibles.

Diego Fernández Lima desapareció el 24 de julio de 1984, tras salir de su casa en Villa Urquiza para encontrarse con un amigo. La denuncia se realizó ese mismo día, pero la investigación inicial concluyó que se trataba de una “fuga de hogar”. Cuarenta años después, en mayo de este año, obreros encontraron el esqueleto junto a objetos personales que permitieron su identificación, como una moneda japonesa y un reloj Casio.

Cristian Graf, quien residía en el terreno donde se hallaron los restos, ha negado cualquier vínculo con la víctima. En una entrevista, afirmó: “No sé cómo llegó el cuerpo de Diego ahí” y añadió que su familia tiene la conciencia limpia. La investigación sigue abierta mientras se buscan respuestas sobre lo ocurrido hace más de cuatro décadas.