Ocurre en los aeropuertos y pasos terrestres. Agentes migratorios preguntan si el viajero es “influencer” o periodista, rastrean sus canales y ahí mismo deciden si el extranjero entra o no a Nicaragua. Y si entra, será vigilado.
Por Carlos Gutiérrez | Infobae
A varios les retuvieron pasaporte y teléfono durante horas. A otros, directamente, les negaron el ingreso. El patrón se repite en testimonios que describen interrogatorios, vigilancia y una consigna tácita: si produce contenido y tiene audiencia, no entra.
Desde 2018, la represión informativa expulsó del país a casi 300 periodistas nicaragüenses y arrasó medios independientes. En paralelo, el oficialismo hostiga y prohíbe a creadores locales que puedan exponer una Nicaragua que contradiga su narrativa de país “en paz, armonía y des