El Gobierno mexicano se alinea con los intereses de Estados Unidos, a pesar de que el país asiático es su segundo proveedor de bienes y materias primas

Eyanir Chinea

México ha decidido no agitar su statu quo comercial y mantener su apuesta económica alineada con los intereses de Estados Unidos, al tiempo que se anota unos puntos con los industriales locales. Si las negociaciones que mantuvo el Gobierno el principal fabricante de autos eléctricos de China, permitieron elucubrar un acercamiento estratégico entre los países –a pesar de Donald Trump–, los aranceles a una tajada importante de las importaciones provenientes desde Asia debilitan esas pretensiones.

El equipo económico de la presidenta Claudia Sheinbaum detalló esta semana el contenido de un proyecto de decreto para impone

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