En un país donde las playas han sido históricamente el refugio del verano, Cantabria —y especialmente Suances — se ha convertido en los últimos años en un polo magnético para el llamado turismo de "alta clase media". Sin embargo, el mensaje es claro: “Cantabria no es infinita” . Y el destinatario también: los “Cayetanos” , término cargado de connotaciones sociales que alude a un perfil adinerado, madrileño o foráneo, que muchos locales consideran intrusivo y ajeno al espíritu del norte.

Las pintadas: un arte marginal con mensaje político

Las imágenes muestran dos momentos del mismo espacio, con graffitis en letras rojas, verdes y violetas . El primero, fechado el 13 de agosto , reza: “ Cayetanos fuera. Cantabria no es infinita ”.

La segunda fotografía, tomada días después, presenta una versión aún más explícita: “ Cayetanos a tomar x culo. Viva Suances ”.

Este tipo de pintadas no son simples actos de vandalismo. Son, más bien, síntomas visuales de una fractura social creciente: la lucha por el espacio , el paisaje y la identidad en tiempos de hiper-turismo .

Suances: paraíso costero o víctima del éxito

Conocida por su ambiente juvenil, surf y vida nocturna , Suances es uno de los lugares más visitados de Cantabria durante los meses de julio y agosto. Su Playa de los Locos , de belleza salvaje y carácter indomable, se ha transformado en símbolo de la tensión entre autenticidad y saturación turística .

El fenómeno no es nuevo. En redes sociales, los hashtags como #CantabriaNoEsInfinita , #VeraneoResponsable o #SuancesReal crecen cada temporada. Lo que antes era queja , ahora se plasma con pintura en las paredes.

Pintadas en el puesto de la Cruz roja en la Playa de Los Locos. / PSP / RRSS

¿Quiénes son los “Cayetanos”?

El término "Cayetano" ha trascendido su origen como simple nombre de pila para convertirse en una etiqueta sociocultural : jóvenes de clase alta, con polos de marca, gafas de sol caras, y una aparente desconexión del entorno rural o local que visitan. La frase “ juntas un malo con mil tontos y tendrás mil un malos ” —mencionada por testigos en redes— sugiere una percepción de invasión, alienación y elitismo que choca frontalmente con la cultura de hospitalidad tradicional cántabra.

Entre la acogida y la resistencia: ¿Qué futuro quiere Cantabria?

Desde el gobierno autonómico se han promovido campañas bajo el lema “Cantabria es infinita” , que ahora algunos residentes devuelven con ironía y crítica: “Cantabria NO es infinita” . Este juego de palabras pone en entredicho el modelo de desarrollo turístico basado en el volumen y la estacionalidad.

Lo ocurrido en Suances no es un hecho aislado. Es el reflejo de una tendencia que crece en todo el norte de España: la reacción local al turismo de masas . Las pintadas desaparecerán con pintura blanca, pero el malestar social que las inspira no se borrará tan fácilmente .