Más de 6,7 millones de dólares al año. Ese es el gasto que asume el gobierno de Estados Unidos para sostener las operaciones mínimas de su embajada en Caracas, pese a que permanece cerrada desde 2019.

El cálculo surge de un informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado, que cuestiona la ausencia de un análisis costo-beneficio sobre si resulta justificable para los contribuyentes mantener una misión diplomática sin diplomáticos.

De acuerdo con el documento, citado por la AP, Washington conserva en Venezuela un personal de 150 empleados locales que se encargan de tareas de seguridad, mantenimiento y apoyo a operaciones remotas.

El complejo principal de 27 acres y cinco residencias, entre ellas la del embajador, siguen bajo custodia, a pesar de que desde la su

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