El asesinato de Charlie Kirk, cofundador de la organización conservadora Turning Point USA, ocurrido el pasado 13 de septiembre durante un evento de la gira American Comeback Tour en la Universidad del Valle de Utah, ha desatado una ola de consecuencias sociales y profesionales. Pero no por el crimen en sí, sino por las reacciones que generó.
Mientras simpatizantes de su causa lo despiden como mártir, un sector del país —incluyendo figuras públicas y ciudadanos comunes— expresó aprobación, burla o justificación por el homicidio. La consecuencia: despidos masivos, cancelaciones de contratos, y una nueva pugna en la ya polarizada opinión pública estadounidense.
DE LA RED AL DESEMPLEO: COMENTARIOS QUE COSTARON CARRERAS
Uno de los casos más mediáticos fue el del analista político Matthew Do