En un interesante artículo publicado en este diario, el doctor Martín Santiváñez sostuvo que la esencia de la democracia, consiste en que “personas que son sustancialmente diferentes logren confluir en una mesa para intercambiar razones”. El cruel e injustificado asesinato del activista conservador Charlie Kirk en una universidad de Utah, Estados Unidos, mientras debatía apasionadamente con miembros de la multitud, es un acontecimiento que contradice abiertamente la esencia de la democracia. En este sistema, el arma a perfeccionar es el lenguaje, la capacidad de refutación de las tesis del adversario, el debate intenso y prolongado, la argumentación ingeniosa, la fluidez verbal, pero nunca la violencia física e irracional. Kirk, era conocido por su férrea defensa de los valores cristianos

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