El domingo, antes de la batalla, en un encuentro de buena gente de la Vuelta con Salva, buen hombre que nos acompaña, hablamos de la invasión de Gaza y la presencia de cientos de personas en los más de 3.000 km de carretera. Todos los que hablaron coincidieron en que Israel está cometiendo un crimen contra la humanidad. Estábamos de acuerdo en que ni ciclistas, ni guardias civiles, ni policías, ni la caravana creía que con violencia se pudieran arreglar las cosas. Se han producido ataques injustificables contra corredores y motoristas que han puesto en peligro la vida de muchos profesionales de la bicicleta y la seguridad. Llegamos a la conclusión de que había que dejar reposar lo que habíamos vivido.
El cuerpo, después de presenciar los hechos en directo, me pide dar fuerte. Pero Salva t