El ministro de Economía de Perú, Raúl Pérez-Reyes, ha cambiado su postura respecto al octavo retiro de fondos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Esta decisión se produce tras el anuncio de la presidenta Dina Boluarte, quien ha manifestado su apoyo a esta medida. Pérez-Reyes, que hace solo unos días había expresado su desacuerdo, ahora respalda la posibilidad de que los ciudadanos accedan a sus fondos debido a la necesidad de liquidez inmediata para afrontar gastos urgentes.

El ministro explicó que su apoyo se basa en una "lectura responsable de la coyuntura actual". A pesar de su respaldo, advirtió sobre los riesgos que conlleva esta decisión. "Queremos que todos los peruanos tengan conciencia plena sobre las implicancias de los retiros de sus fondos de pensiones sobre sus futuras pensiones", afirmó. Pérez-Reyes instó a los ciudadanos a actuar con "responsabilidad individual" y a evaluar si realmente necesitan realizar el retiro.

En sus declaraciones, el ministro recordó que, aunque se permite el retiro, quienes no enfrenten una urgencia deberían considerar mantener sus aportes para asegurar su derecho a una pensión mínima. Esta postura se presenta solo días después de que el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) manifestara su desacuerdo con un nuevo retiro, argumentando que afectaría no solo a los fondos de pensiones, sino también a la capacidad de las familias para generar un fondo que les permita vivir dignamente.

Desde el MEF, se estima que un retiro de hasta cuatro UIT podría significar la salida de aproximadamente S/ 26,320 millones, lo que representa el 22.7% de los fondos de pensiones. Esta medida podría dejar a 8.6 millones de afiliados con saldo cero en sus cuentas, incluyendo a 2.3 millones que ya han sido afectados por retiros anteriores, limitando así su posibilidad de contar con una pensión digna.

A pesar de estos riesgos, Pérez-Reyes aseguró que la economía peruana está preparada para enfrentar este escenario. Destacó los sólidos fundamentos macroeconómicos del país, como el crecimiento proyectado para 2025 y las altas reservas internacionales, que garantizan que los impactos sean "transitorios y manejables". El ministro concluyó que esta decisión fue consensuada con la presidenta y que el Gobierno mantiene su compromiso con la estabilidad económica, reflejando la confianza de los mercados internacionales.