La guerra entre Rusia y Ucrania , que comenzó en 2014 con la anexión de Crimea y se intensificó dramáticamente en febrero de 2022 con la invasión a gran escala, ha llegado a 2025 convertida en un conflicto prolongado, híbrido y tecnológicamente disruptivo. Lo que inicialmente parecía una operación relámpago rusa derivó en una lucha de resistencia prolongada, marcada por el desgaste humano, la innovación militar y un pulso estratégico que involucra directamente a Europa , Estados Unidos y a la arquitectura global de seguridad.

La contienda ya no se entiende sólo como una confrontación convencional de ejércitos en el terreno, sino como un complejo entramado donde conviven el estancamiento de las líneas terrestres, la centralidad de los sistemas no tripulados, la expansión de la gu

See Full Page