“El desayuno es la comida más importante del día” . La frase, repetida en incontables mesas familiares, siempre sonó más a consejo práctico que a verdad científica. Pero un nuevo estudio internacional sugiere que tal vez escondía una pista mucho más profunda: la hora del desayuno podría estar vinculada a la salud y a la longevidad.
El trabajo fue liderado por investigadores del Mass General Brigham, en colaboración con científicos de Turquía y del Reino Unido, y acaba de publicarse en la revista Communications Medicine. El equipo siguió durante más de veinte años a casi 3.000 adultos de entre 42 y 94 años, observando no solo qué comían, sino principalmente a qué hora lo hacían .
El resultado fue consistente: quienes tendían a retrasar el desayuno tenían más problemas de salud física