En mi práctica profesional he visto casos en donde hemos conseguido reducir notablemente la tasa de interés usuraria y, además, hemos logrado que, de tantos intereses usurarios que ya se pagaron, el juez considere pagada totalmente la deuda.

Lamentablemente hay muchas personas que, ante problemas económicos derivados de malas decisiones o de necesidades legítimas y que no tienen acceso a créditos bancarios, recurren a prestamistas particulares para salir del apuro.

Lo malo de elegir ese camino es que los prestamistas les cobran intereses exageradamente altos que provocan que, si bien les va, terminan pagando la deuda cinco o más veces.

A este tipo de prestamistas se les conoce como usureros y a los intereses que cobran se les conoce como intereses usurarios, y sobre ese tema ya existe j

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