La descertificación del gobierno de Donald Trump a Colombia por incumplir con sus compromisos en la lucha contra las drogas terminó siendo, como la célebre novela de Gabriel García Márquez, la crónica de una muerte anunciada.
Desde hacía meses, tanto en Washington como en Bogotá, se hablaba de ella como un desenlace inevitable. En gran parte sustentado en los pobres resultados en materia de erradicación en el país -algo que pesa mucho en la actual administración republicana-, pero también, y sobre todo, por la falta de sintonía de Trump con el gobierno de izquierda de Gustavo Petro.
Algo en lo que fue insistente tanto el presidente de Estados Unidos como el secretario de Estado, Marco Rubio, al anunciar el golpe contra el país.
" El fracaso de Colombia en el cumplimiento de sus obligaci