Gustavo Gorriti, director de IDL-Reporteros, ha anunciado que presentará una denuncia penal contra el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, por incitación al asesinato. Esta decisión surge tras una declaración del alcalde, quien, en un evento oficial el 9 de septiembre, sugirió que "hay que cargarse a Gorriti", lo que ha sido interpretado como una amenaza de muerte. Durante una entrevista en el pódcast de Hildebrandt en sus Trece, Gorriti afirmó: "Es una incitación, es una clara incitación. Obviamente, cuando él dice que hay que cargarse a Gorriti, no es que él esté pensando en hacerlo, no creo que se atrevería a eso, pero que sí es una llamada a ello, es una incitación".

La controversia se intensifica en un contexto político polarizado, donde las palabras del alcalde han generado preocupación entre diversos sectores de la sociedad civil. Gorriti anticipó que los seguidores de López Aliaga intentarán minimizar la gravedad de sus declaraciones, argumentando que se trató de un uso ambiguo del término "cargarse". Sin embargo, el periodista subrayó que en el contexto peruano, el uso de este lenguaje tiene connotaciones claras y peligrosas.

Además, Gorriti recordó que López Aliaga ha prometido que, si llega a la presidencia en 2026, lo expulsará del país. "Él dice que me va a sacar de mi propio país", comentó el periodista, quien ha sido objeto de ataques verbales por parte del alcalde, quien lo ha calificado como "enemigo del Perú" y parte de un grupo corrupto.

La denuncia se formalizará en los próximos días, y el equipo legal de Gorriti está preparando el expediente correspondiente. La situación ha generado un debate sobre la libertad de expresión y la seguridad de los periodistas en Perú, donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha otorgado medidas cautelares a Gorriti debido a amenazas y hostigamientos previos.

Hasta el momento, no se han recibido respuestas oficiales de la Municipalidad de Lima ni de López Aliaga respecto a esta denuncia. La tensión entre el alcalde y el periodista refleja un clima de creciente hostilidad hacia el periodismo de investigación en el país.