Los padres de Tyler Robinson, el joven acusado de asesinar al activista conservador Charlie Kirk, consiguieron persuadirlo de no quitarse la vida y de entregarse a las autoridades tras identificarlo en las imágenes difundidas por el FBI, según explicó este martes el fiscal del condado de Utah, Jeff Gray.
Gray detalló en rueda de prensa que, al ver las fotografías públicas, los progenitores llamaron a su hijo y en esa conversación él dejó entrever que pensaba suicidarse: “Dijo que no podía ir a la cárcel y que solo quería terminar con toda la situación”, relató el fiscal.
Ante esa declaración los padres concertaron una reunión en su casa y lograron que Robinson accediera a hablar; luego contactaron a un amigo de la familia, un ayudante del sheriff retirado, quien finalmente lo convenció