El cambio de hora contribuye a miles de ictus y a la obesidad, según un estudio de la Universidad Stanford (Estados Unidos). Técnicamente, la investigación publicada en la revista PNAS sugiere que la mayoría de la población de EE.UU. sería más saludable si no se cambiara de horario dos veces al año, con menos obesidad y accidentes cerebrovasculares. Son unos resultados el mar de interesantes que pueden ayudar en el debate que existe en Europa sobre esta cuestión: ¿hay que eliminar el cambio de hora?
El estudio ha comparado cómo tres políticas horarias diferentes —la hora estándar o de invierno permanente, el horario de verano permanente y el cambio semestral— podrían afectar a los ritmos circadianos y, así, a la salud de todo el país. Desde el punto de vista circadiano (el reloj in