El presidente Javier Milei, en medio de un discurso enfocado a calmar a los inversores, arrojó algunos números al azar sobre partidas vinculadas a la Salud, la Educación y los jubilados. Aseguró, sin mayores precisiones, que el proyecto de Presupuesto 2026 contempla mejoras reales –es decir, descontada la inflación—en esas partidas. Sin embargo, sus afirmaciones, con una lectura más exhaustiva del proyecto, dan cuenta de las trampas que le permitirán en la práctica continuar con la motosierra social.
La primera es subestimar la inflación. Tal como explicó el periodista Rodrigo Nuñez, un supuesto de inflación del 10,1 por ciento anual, cuando el índice mensual arroja variaciones en torno al 2 por ciento, derivará en un ajuste de hecho en cada una de las partidas sobre las que se desti