Por Maribel Hastings
El asesinato del activista conservador Charlie Kirk, evidenció la intolerancia que por años ha reinado en un polarizado Estados Unidos. Y lamentablemente algunos sectores usan la tragedia para incrementar el volumen de la retórica divisiva y prometer una “guerra” contra la “izquierda radical” a quien responsabilizan de la muerte del joven activista.
Durante la pasada década, la retórica incendiaria, la desinformación y las mentiras se hicieron parte de la estrategia y el estilo de gobernar de la presente administración. La narrativa antes limitada a grupos supremacistas blancos marginales sobre la “invasión” de inmigrantes y la teoría del “gran reemplazo” de blancos por minorías pasaron a formar parte del discurso y las políticas públicas republicanas.
El “ellos” co