El consumo de cocaína en Estados Unidos ha aumentado drásticamente, lo que ha permitido que Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como El Mencho, y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se consoliden como la organización criminal más poderosa de América del Norte. Un reportaje de The Wall Street Journal (WSJ) revela que el CJNG ha desplazado al histórico Cártel de Sinaloa (CDS), aprovechando la crisis interna de su rival y los cambios en las políticas antidrogas estadounidenses.
Derek Maltz, ex jefe interino de la Administración de Control de Drogas (DEA), afirmó que "El Mencho es el narcotraficante más poderoso que opera en el mundo". La administración Trump centró su ofensiva contra el fentanilo en los traficantes de Sinaloa, lo que permitió al CJNG expandir su control sobre el tráfico de cocaína en Estados Unidos. Según el WSJ, el consumo de cocaína en la región oeste de EE.UU. aumentó un 154% desde 2019, mientras que en el este el incremento fue del 19%.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han reportado una disminución en el uso de fentanilo desde mediados de 2023. La cocaína, a diferencia del opioide sintético, no arrastra el estigma de la adicción, lo que ha facilitado su regreso entre los consumidores. Además, la producción récord de cocaína en Colombia ha llevado a una caída en los precios, que se sitúan entre 60 y 75 dólares por gramo, casi a la mitad de lo que costaba hace cinco años.
Mientras tanto, el Cártel de Sinaloa enfrenta una crisis interna sin precedentes. La captura de Ismael “El Mayo” Zambada provocó una violenta división entre sus seguidores, resultando en más de 2,000 asesinatos en Sinaloa. Esta fractura ha debilitado al cártel y forzado a “Los Chapitos” a buscar apoyo externo. En diciembre, se produjo un pacto entre el CJNG y la facción de “Los Chapitos”, donde el CJNG proporcionaría armas y recursos a cambio de acceso a rutas de contrabando controladas por Sinaloa.
Este acuerdo ha permitido que el CJNG mantenga el control del tráfico de cocaína y metanfetamina, mientras que “Los Chapitos” retienen el control del fentanilo. Además, el CJNG impone "impuestos" a productos básicos en Jalisco y controla constructoras con contratos municipales, ampliando su dominio sobre la economía local.
El Mencho, que es objeto de una recompensa de 15 millones de dólares por su captura, se mantiene en un alto nivel de seguridad, protegido por un grupo armado especializado. La reconfiguración del tráfico de drogas también ha sido influenciada por el endurecimiento de las políticas antidrogas y migratorias en EE.UU., lo que ha facilitado el paso de drogas por la frontera. El avance del CJNG ha devuelto a la organización el poder que el Cártel de Sinaloa ostentó antes de la caída de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2016, colocándolo en el centro de la atención de las autoridades de México y Estados Unidos.