La Mesa de Movilidad del Besaya ha denunciado esta semana, en el marco de la reunión del grupo de trabajo de la Red Ferroviaria del Besaya, la situación de abandono y deterioro estructural que sufre la estación de ancho métrico de Torrelavega-Centro, la segunda con más viajeros de Cantabria, con más de 860.000 usuarios al año.

Ni Renfe ni Adif se presentaron a la reunión. Una ausencia que la Mesa considera un gesto de desprecio institucional hacia la ciudadanía de la comarca, agravado por la inacción del Ayuntamiento de Torrelavega, cuya alcaldía ostenta Javier López Estrada (PRC), en coalición con el Partido Socialista (PSOE).

La situación es especialmente grave en materia de accesibilidad. Desde hace más de tres meses, el ascensor que conecta los andenes permanece fuera de servicio , lo que obliga a las personas con movilidad reducida a ser trasladadas por el personal de seguridad, incluso cargándolas en volandas cuando viajan en silla de ruedas. Una escena tan inaceptable como indignante.

Desde la Mesa, denuncian que esta circunstancia «vulnera la dignidad de los viajeros» y pone de manifiesto la falta de compromiso de las instituciones con el transporte público como servicio esencial. La degradación progresiva de las instalaciones es evidente:

•Cristal del acceso principal roto desde hace meses, sin ser sustituido.

•Paneles del techo desprendidos, generando riesgos físicos y una imagen deplorable.

•Tornos de acceso defectuosos, con averías recurrentes.

•Desaparición de la cartelería de horarios de larga distancia.

•Pantallas de información de Transporte Cantabria inoperativas desde hace meses.

A esta situación se suma el cierre indefinido de los cuatro locales comerciales situados dentro de la estación: prensa, estanco, golosinas y cafetería. Ninguno de estos espacios ha sido reocupado, pese al elevado tránsito diario de viajeros. «Hoy por hoy, casi nada funciona como debería en la estación de Torrelavega-Centro», resume el colectivo, que considera que se está castigando a una infraestructura estratégica para la movilidad regional.

El soterramiento: promesas incumplidas y falta de transparencia

A las deficiencias actuales se suma la incertidumbre sobre el futuro de la estación en el contexto del proyecto de soterramiento ferroviario. La Mesa recuerda que ya en 2019 propuso la instalación de apeaderos provisionales en Torres (junto a la Escuela de Idiomas) y Barreda (bajo el puente de los Italianos) para mitigar los efectos del cierre de la estación durante las obras.

Aunque estas propuestas fueron rechazadas en su momento, en mayo de 2024 el Ministerio anunció la creación de un apeadero provisional en el entorno de La Carmencita, reconociendo así, al menos de forma implícita, la validez de las reclamaciones ciudadanas.

No obstante, a escasos meses de la supuesta finalización del desvío provisional, que ya acumula más de un año de retraso, no se conocen los detalles del proyecto, ni los servicios previstos, ni el plan de transporte alternativo que se activará durante las obras del soterramiento.

«Los viajeros necesitan certezas, planificación y soluciones reales. No se puede avanzar en un proyecto de esta magnitud sin ofrecer al ciudadano alternativas eficaces para sus desplazamientos cotidianos», recalcan desde la Mesa. En este contexto de degradación estructural y caos organizativo, la figura del alcalde Javier López Estrada emerge como una presencia silenciosa y políticamente ausente. Ni el Ayuntamiento ha emitido comunicados, ni se han exigido responsabilidades.