El rechazo al veto a la ley de Emergencia Pediátrica despertó una emotiva celebración en la Plaza Congreso, en la que abundaron historias de vidas salvadas.

Fue un gran desahogo colectivo, un motivo y un momento para celebrar -al fin-, o como dice un médico del Garrahan después de abrazarse entre lágrimas con la mamá de una pequeña paciente, "un respiro para seguir en carrera". Los votos que dieron vuelta los vetos de Milei al Garrahan fueron seguidos en un momento de máxima tensión en la Plaza Congreso, en el que trabajadores del hospital y familiares contaron con tensión cada voto, como en una final por penales. Hubo hurras y abucheos, según los casos -especialmente, en las abstenciones-. Finalmente, se desató en una plaza Congreso colmada un festejo extendido en dos oleadas, primero

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