La legislatura española es en estos momentos lo que antes, cuando el lenguaje no estaba obligado a pasar por la pulidora de la ofensa, se conocía como una merienda de negros. Quedan migas por repartir. Pero en el horizonte asoman unas elecciones para las que toman ya sin disimulo posiciones los actores principales y los secundarios.

Quien con más saña se apunta al bombardeo es Podemos. A los pequeños es sabido que les conviene tener mala uva para asomar la cabeza. A mayor enanismo, más griterío. Hay que alzarse sobre las puntas de los pies para ganar altura y que a uno se lo escuche.

Resulta más honesta la posición de la derecha y de la ultraderecha que la de Podemos

Los morados no dejan títere con cabeza. Sánchez es un señor de la guerra a pesar de la máxima teatralización que se gasta

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