Por: Ramiro Andrés Gutiérrez Plazas

Es preocupante el nivel de egoísmo al que podemos llegar por apoyar a un político que, de manera evidente, no ha actuado con ética ni transparencia. Muchos lo hacemos únicamente porque esperamos un beneficio personal, sin detenernos a reflexionar sobre el bienestar común.

Jean-Jacques Rousseau definía la democracia como “el régimen en el cual la soberanía reside en el pueblo y la voluntad general busca el bien común, expresándose directamente por los ciudadanos”. Esa premisa debería guiar nuestras elecciones, pero en Colombia parece cada vez más lejana. El voto, en lugar de ser una herramienta de transformación social, se ha reducido a un mecanismo para asegurar favores particulares o devolver favores adquiridos en campañas.

No es un secreto que, desd

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