El Gobierno ha tenido la genialidad de inventar otro día festivo: ahora cada segundo domingo de septiembre será el “Día nacional del pan con chicharrón de cerdo peruano”. Mientras tanto, el país arde. Los homicidios y extorsiones se disparan, Machu Picchu corre el riesgo de perder su título como maravilla mundial, y el Ejecutivo sigue blindando a ministros que merecen, por lo menos, ser investigados. Pan con chicharrón para la foto, pero silencio frente a los problemas que realmente afectan a los peruanos.
La cereza del pastel la pone la reforma del sistema de pensiones, convertida en un show político de baja estofa. Una norma aprobada el año pasado ahora es rechazada por las mismas bancadas que la respaldaron, solo porque se acercan elecciones. La incoherencia es descarada: hoy votan una