La anunciada discusión en parlamento abierto sobre la reforma a la Ley de Amparo advierte la batalla que se avecina. Por un lado, la presidenta Claudia Sheinbaum asegura que su iniciativa no elimina el derecho ciudadano, sino que lo hace más ágil, que busca evitar el “amparo sobre amparo” que alarga los procesos y frena sentencias hasta por décadas. Sus defensores prometen eficiencia y certeza jurídica; sus detractores advierten un retroceso democrático.
Desde la oposición, el senador panista Ricardo Anaya acusa que la reforma desarma al amparo como escudo ciudadano mientras que la senadora priista Carolina Viggiano señala que limita la defensa de derechos colectivos, ambientales y sociales. Para ellos, los ejemplos sobran: Comunidades indígenas, familias de Ayotzinapa, organizaciones civ