Asistir a las subastas de vino puede sentirse como entrar en una sociedad secreta. Filas de botellas impecablemente etiquetadas, subastadores anunciando ofertas a toda velocidad. A ello se suma un aire de emoción mezclado con una sutil tensión. Comprensiblemente, uno puede sentirse abrumado. Sin embargo, las subastas de vino no representan solamente un paraíso para coleccionistas experimentados . Se trata de tesoros ocultos donde cualquier persona con un poco de curiosidad puede encontrar botellas extraordinarias , a menudo, a precios competitivos.
Las subastas no son tan intimidantes como parecen, y entender cómo desenvolverse en ellas puede transformar una experiencia abrumadora en una aventura emocionante. Con algunos consejos de expertos y un poco de confianza, pronto