En el fútbol suelen escribirse historias que trascienden el marcador, anécdotas que parecen sacadas de una película y que demuestran por qué este deporte es mucho más que un simple juego. Lo vivido por Nader Ghandri en el duelo entre Zenit y Akhmat Grozny en Rusia es un ejemplo perfecto: una secuencia que mezcló tensión, justicia deportiva y un noble gesto de un aficionado que quedará en la memoria de quienes lo presenciaron.
El defensa tunecino había sido protagonista de un momento que parecía sentenciar su noche. Caminaba rumbo al camerino, resignado y con el rostro serio, luego de que el árbitro le mostrara la tarjeta roja. En el trayecto hacia el túnel, un aficionado le pidió su camiseta, y Ghandri, en un acto de generosidad, se la entregó. Para él, el partido había terminado; su ment